De entre todas las experiencias que me formaron tengo en un lugar especial las memorias de dos años de mi vida en particular; mi adolescencia temprana. Cuando tenía once años fuimos a vivir a España gracias a una beca que mi papá recibió. En el otoño de 1987 llegamos a Valencia, la tercera ciudad más grande de España; para mis ojos acostumbrados a la magnitud de la caótica Ciudad de México aquella tranquila urbe me parecía pequeñita. Pronto mi hermana y yo iniciamos el año escolar; adaptarnos no nos fue complicado porque la gente siempre nos recibió con los brazos abiertos, y como consecuencia, mis experiencias no fueron más que mágicas. De esa forma sentí nacer un amor por aquella tierra y su gente que vivirá en mí hasta que mis ojos se cierren para siempre.
Nuestra vida allá nos unió como familia puesto que no teníamos más que amigos que estaban en circunstancias similares, con sus respectivas familias y nadie más. El único trabajo de mi papá era estudiar, y si bien la escuela requiere de dedicación, nunca será como un jefe; así estas circunstancias resultaron en que casi cualquier actividad la hacíamos todos juntos, formando aún más recuerdos bonitos.
Otra consecuencia de ese tiempo fue mi relación con mi hermana, que fue más cercana que nunca. Ella es tres años más chica que yo, podrás entender que el hecho de pasar esos años de cambio tan grande entre niña y adolescente prácticamente aislada, afectó profundamente mi personalidad. Mi compañera de juegos era mi hermana y mi despertar a la siguiente etapa de mi vida fue aletargado, como el amanecer que primero pinta la tierra de mil colores antes de calentarla con los rayos del sol.
En la tele española, al menos entonces, con frecuencia ponían películas viejas en blanco y negro; recuerda, éramos becados y no teníamos televisión por cable. Con un acceso limitado a otro tipo de influencias puesto que tampoco íbamos con frecuencia al cine, aprendí a apreciar aquellas historias románticas de época. Así conocí a Ginger Rogers y Fred Astair, a Scarlet O'Hara, y a muchos otros; entre aquellos personajes trágicos, y dada mi inclinación por lo tétrico, nació en mi interés por Edgar Allan Poe. Su figura triste y su trágico final lo pintaron con aquel aire de romance que sólo una mente joven puede colorear. Cuando leyendo su biografía descubrí que había muerto el siete de octubre, ciento veintisiete años antes de mi nacimiento el mismo día, para mí significó una conexión especial con el autor que lo hizo particularmente cercano a mi.
Mi primer encuentro con su obra fue a través de la película "La Caída de la Casa Usher" con el maravilloso Vincent Price, quien participó en todas las versiones fílmicas del trabajo de Poe de la época (excepto en la película "El Entierro Prematuro", basada un uno de sus cuentos). Esa fue también, la primera de sus historias que leí y tengo que decir, es mi favorita. Aún hoy en día sus cuentos generan en mí una atmósfera obscura y tétrica, me llevan a caminar por calles obscuras y pasillos abandonados doscientos años atrás; no hay historias que resuenen en mi mente como las suyas, ni autor que toque mi alma como Edgar Allan Poe.
Aquí te dejo un fragmento de mi historia favorita. Cuéntame a ti que te parece y háblame del escritor que te habla al oído a ti como ningún otro.
"De aquel aposento, de aquella mansión huí aterrado. Afuera seguía la tormenta en toda su ira cuando me encontré cruzando la vieja avenida. De pronto surgió en el sendero una luz extraña y me volví para ver de dónde podía salir fulgor tan insólito, pues la vasta casa y sus sobras quedaban solas a mis espaldas. El resplandor venía de la luna llena, roja como la sangre, que brillaba ahora a través de aquella fisura casi imperceptible dibujada en zig-zag desde el tejado del edificio hasta la base. Mientras la contemplaba, la fisura se ensanchó rápidamente, pasó un furioso soplo del torbellino, todo el disco del satélite irrumpió de pronto ante mis ojos y mi espíritu vaciló al ver desmoronarse los poderosos muros, y hubo un largo y tumultuoso clamor como la voz de mil torrentes, y a mis pies el profundo y corrompido estanque se cerró sombrío, silencioso, sobre los restos de la Casa Usher."
Feliz fin de semana.
This is not a test comment, JAJJA bueno mi queridisimisima Gina a pesar de que nos separa HRTOS kilometros, se dijera en mi tierra actual, pues con este blog te siento mas cercana, me gusta leerte y asi siento que cada dia te conozco un poco mas, te felicito por tu blog y creeme que lo leo bastante seguido, esperando encontrar nuevos aportes, sigue, me encanta!!! saludos a tu familia.
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