jueves, 28 de octubre de 2010

Cosas Importantes

Halloween está aquí! Esto me hace tremendamente feliz; siempre ha sido uno de mis épocas favoritas del año, Octubre y Diciembre son los mejores meses para mi. Siendo pequeñas, mi hermana y yo a veces en compañía de nuestro primo más cercano, nos disfrazábamos con total emoción y salíamos a pedir dulces de puerta en puerta por nuestro edificio y otros cercanos. Tengo padrísimos recuerdos acerca de las travesuras que planeábamos para aquellos que no nos abrían la puerta; pero más allá de dulces, la noche siempre cautivó mi imaginación y ya desde muy chiquilla imaginaba monstruos observándome desde las sombras que la obscuridad proveía.

Conectados irremediablemente cada calavera de dulce, calabaza tallada, ofrenda de muertos y cada niño disfrazado, me transporta a mi infancia. Asomarme por la puerta hacia el pasado evoca tiernas memorias de cuando no había nada más poderoso que mi pequeña mano dentro de la de mi madre y no necesitaba nada más que su abrazo y caricias para que las lágrimas se fueran. Recuerdas ese tiempo cuando no había terror que se atreviera a asolarte en la cama de tus padres? No había nada que mi papá no supiera o no pudiera conquistar, ni lugar más seguro y cálido que junto a mi mamá, mirándola planchar frente a la tele.

Hoy me toca ser la protectora de dos tiernas manitas que aún caben en la mía y soy consciente del poder que tiene la voz de un padre cuando te acoge entre sus brazos y te asegura que todo va a estar bien. En este mundo cada día más hostil y desinteresado, todo lo que yo pediría para esos dos pares de ojitos que me miran buscando las respuestas a cada paradigma de la vida, es la capacidad y sabiduría para brindarles magia y felicidad en estos primeros años de su camino.

Hay algo terriblemente conflictivo en ver crecer a tus hijos; es una lucha de sentimientos que te dividen entre gran felicidad al verlos conquistar obstáculos y crecer para ser capaces de vestirse solos o prender la luz sin ayuda, pero que también te llenan de tristeza al saber que pronto esa vocecita de vocabulario simple dejará de ser sólo tuya para crecer y madurar; para adentrarse en un mundo propio e independiente del tuyo. Si bien es la ley de la vida, en el presente me encuentro sumándome con esperanza cuando un padre le pide a su hijo contra toda posibilidad: "No crezcas tan rápido".

Porque hoy confirmo que no es lo más importante tener el disfraz más creativo de la colonia sino tomarnos de la mano mientras caminamos hacia la siguiente puerta; porque preguntar "Cuál fue tu parte favorita del día?" puede hacer la diferencia; hoy te invito a que compres dulces y abras la puerta. Sonríele a un niño y forma parte de su memoria; si todos nos preocupamos por dejar algo positivo en una vida, aún después de habernos ido podremos tener la paz de pensar que alguien le tenderá la mano a tu ser querido.

Que recuerdos te traen a tí estas fechas? Cuéntame de aquellos días cuando un disfraz de bruja o diablo no te hacía ridículo sino parte de un grupo; cuando el pináculo de tu semana era comparar quien tenía la bolsa más grande de dulces entre tus amigos. Quien dejó la marca más bonita en tu mente y porqué?

Disfruta de estas fechas y alimenta con dulces al niño dentro de ti.

viernes, 22 de octubre de 2010

Historias en Negativo

Por petición popular los Viernes Literarios serán ahora viernes de Historias en Negativo. Algunos de ustedes me comunicaron su poco entusiasmo por la columna anterior y este nuevo tema me parece de interés general. Cual es este tema, te preguntas? El Cine, Películas, Directores, y el mundo del celuloide en general. Recuerda que tu opinión es muy importante y si deseas que se trate algún tema en particular o que volvamos a dedicarle un día a la Literatura, sólo tienes que dejar tu comentario.

Empecemos pues; la primera selección? The Mist. Basada en un libro de Stephen King, esta película se estrenó en noviembre del 2007. Ahora, admito sin vergüenza ser fan de cualquier cosa que provenga de la torcida mente del Sr. King que, siempre y cuando se mantenga alejado de la silla de Director, no puede hacer nada mal si me preguntan mi opinión; sin embargo, creo que he sido bastante imparcial en mi análisis de la cinta y su popularidad parece respaldarme.

La historia inicia tras una tormenta que causa incontables destrozos a lo largo de una pequeña comunidad; el personaje principal y su hijo acuden a un pequeño super local donde, junto con otros vecinos, quedan atrapados cuando una misteriosa niebla lo invade todo. Temibles figuras de terror se esconden tras esa niebla y siembran las semillas de miedo y caos necesarias para que la gente dentro del comercio tema por sus vidas y las de aquellos queridos que se quedaron atrás. Es cuando estas circunstancias extraordinarias se presentan que los personajes, aparentemente civilizados y racionales, se vuelven unos contra otros.

Esta película se centra en nuestra vulnerabilidad como seres humanos y nuestros no tan halagadores rasgos que el velo de la civilización oculta; el monstruo son los mismos seres humanos más que las criaturas que se esconden tras la niebla. La película es visualmente interesante y las pequeñas historias de cada personaje nos permiten un respiro entre susto y susto. Cumple su cometido cuando no sólo nos hace brincar sino que nos hace preguntarnos que haríamos nosotros en una situación similar y, sobre todo, nos espanta con la posible respuesta a nuestra pregunta.

Si buscas una película que te mantenga a borde del asiento y te haga pensar mientras miras los créditos pasar, esta es la película para ti. Una advertencia; una vez que descubrí cual sería el final (unos minutos antes de que sucediera) no soporté verlo, pero había visto una hora de película como para perdérmelo!, así que tomé el control, apreté el fast forward y me agarré el corazón. La última secuencia es definitivamente una pastilla difícil de tragar y te deja con un vacío en el estómago que más de uno encontrará innecesario.

Aún así y tomando todo en cuenta, The Mist prueba ser una historia interesante y bien contada con actuaciones bastante decentes entre las que destaca una maravillosa Marcia Gay Harden como el ser humano más horriblemente auto absorto pero imposible de dejar de mirar. Si ya la has visto dime tu opinión y sino, te la recomiendo. Que película te ha causado un impacto singular?

Feliz fin de semana!

lunes, 18 de octubre de 2010

Una Mala Semana

Yo había quedado formalmente de escribir otra columna sobre situaciones chuscas pero la semana pasada fue una locura y compartirlo con ustedes podría ayudar a quitarme la mala suerte de encima (Hey! Ya ves? De todas formas la mala suerte se coló!).

Para empezar, estoy escribiendo una historia corta desde hace algo así como un mes que ya llegó a la página treinta; es verdad que sólo le falta el final, pero como te darás cuenta de corta sólo le queda el nombre. La semana pasada vi en una revista una convocatoria para un Concurso de Historias Cortas de Ficción (de hasta diez mil palabras, gracias a Dios) cuya fecha límite es el 15 de Nov; así que el tiempo empieza a apretar. Para acabarla de arreglar, la semana pasada fue terrible y no logré avanzar de forma decente, así que ya empiezo a sentir que el tiempo se me va entre las manos y no voy a poder concluir esto. Por cierto, mencioné que el 4 de Nov. empiezan mis clases de francés en la universidad?

Aquí en Canadá el lunes fue Acción de Gracias y, obviamente, no hubo escuela ni trabajo; esta bien, no importa, igual nos cae bien un poco de convivencia familiar ocasional. El martes mi hija mayor no tuvo escuela, así que la chiquitina quiso quedarse a jugar con su "tumana", ok, ok; otro día perdido. El miércoles llega y mi adorado maridito tiene que viajar a NY por asuntos de trabajo... que me pasó a mí? Yo tuve que llevar a ambas niñas a la escuela, recoger el desastre de los dos días anteriores, y recoger a las dos latosas. Yo se que esta es la historia de la mayoría de las mamas pero como no es mi rutina, a mí se me cuatrapean las patas. Llegó el jueves y, no te lo imaginas?, mi marido perdió su vuelo de regreso ayer; llega hoy y tengo que recogerlo en el aeropuerto a las DOCE. En serio? A estas alturas me pregunto si habrá algún designio divino para impedirme trabajar esta semana.

El viernes fue mi "mejor" día; si no tomas en cuenta que cayó un nuevo Diluvio Universal y me empapé cuando fui a recoger a mi hija de la escuela; pero hey, al menos tuve cuatro horas para escribir. El sábado ni siquiera lo intenté, decidí regalarme un terapéutico día de shopping; 150 dolares despúes era feliz como lombriz. Por fin llegó el domingo, aaaahhh!, excepto que mis hijas desayunaron gallo y se querían matar, llegamos tardísimo a su clase de gimnasia, y al llegar recuerdo que ese era el último día para pagar las fotos del gym... yo ni siquiera había desayunado! Al carajo con todo. Le llamo a mi marido, lo saco de su clase en la universidad y le lleno la oreja de detalles de mi maravillosa semana; le digo que mejor vea como carambas va a solucionar esto antes de que un asteroide se estrelle con la tierra y decida darme en la cabeza.

Después de este relajante ejercicio, me compré un delicioso cafe ENORME y una dona y me senté a admirar a mis pollos en su clase. Mi marido pagó las fotos despúes e hizo su mejor labor para mantener a las niñas entretenidas jugando en la calle. Sospecho que lo hizo más como estrategia de supervivencia que por la bondad de su corazón pero no me importó. Me senté a escribir.

Aquí la cosa se complica aún más. No se si hayan oído hablar del Bloqueo de Escritor (Writer's Block); no estoy muy segura de qué tanto abarca pero es una de esas cosas que sé que cuando la vea, la voy a reconocer. Pues ayer creo que conocí una de sus muchas caras; tras una semana tan atropellada el domingo mi mente creativa no fluía como siempre; normalmente escribo unas cuatro hojas tras seis o siete horas de trabajo, no tengo idea de si es un buen estándar pero es a lo que estoy acostumbrada. Ayer escribí una hoja, UNA; y ni siquiera estoy segura de que sea buena.

Tengo dos o tres ideas más para proyectos diferentes y me distraen muchísimo de éste; estoy comprometida a terminarlo antes de iniciar otro pero a veces es muy difícil. En ciertas ocasiones me parece que sólo estoy escribiendo para terminar esta historia y poderme mover a la siguiente. Me he prometido a mí misma terminar este cuento con la mejor calidad de la que soy capaz y, aunque a veces me parece que nuca va a suceder, lo voy a hacer.

Ya te contaré como acaba esta historia pero mientras platícame si alguna vez has pasado por algo similar y como hiciste para concluir tu tarea.

Buena semana!

viernes, 15 de octubre de 2010

De Historias y Leyendas

Ya es Octubre! Halloween y Las Santas Animas ya están por tocar nuestras puertas así que en el espíritu otoñal, hoy hablaremos sobre ese pedazo tan típico de nuestra cultura: Leyendas.

Bueno, empecemos por admitir que hay un millón, algunas más obscuras que otras, son parte de la herencia que la Conquista nos dejó; un compendio de historias que han pasado de generación en generación espantando a más de un chiquillo desobediente. Las hay de todo, de amor, de envidia, de muerte... pero definitivamente las más populares son las que hablan de diablos, fantasmas o muertos. Es esa fascinación que nos causa nuestra mortalidad y que exploramos al menos cada Día de Muertos lo que nos inclina a seguir repitiendo estas leyendas, contándolas a la luz de las velas en noches lluviosas de abuelos a nietos en un ciclo eterno.

Todos somos felices partícipes de este rito de adolescencia; quien no se brincó a la casa embrujada de la colonia para probar que no le daba miedo? O en como mi caso, cuántas veces fuiste al Callejón del Aguacate para sólo salir corriendo como loco al más mínimo ruido? Confiésalo, nos encanta probar si un poquito de esa historia nos toca y se vuelve real. Supongo que esa es realmente la razón de su popularidad; la historia en general es fría y la mayoría de la gente encuentra complicado imaginarse un evento con el que no se identifica. Una leyenda nos da una ventana a ese pasado que "cada noche de luna llena" o "todas las noches al tocar las doce" se repite, permitiéndonos no sólo ser testigos del hecho, sino en algunos casos experimentarlo en carne propia.

Personalmente, encuentro fascinante este regalo que nuestros antepasados nos han dejado; he dedicado muchos años a leerlas y, cuando me ha sido posible, a coleccionarlas. Desgraciadamente, en un pueblo que lee tan poco, es raro encontrar gente interesada en publicar compendios de ellas. Así pues, nuestra tarea nos queda clara, tenemos que seguir repitiéndolas, contándolas en noches de campamento y mantenerlas vivas como hasta ahora; no permitamos que nuestra tradición oral tan rica muera dentro de nosotros.

Por supuesto, únicamente para cumplir con este deber, les cuento aquí una de mis favoritas.

La Leyenda de la Calle del Niño Perdido.

Don Luis y Carmen eran una pareja feliz a todas claras; él era un hombre de bien, conocido por sus vecinos como de alma desprendida y caridosa. Como todo criollo contaba con ciertos privilegios que su condición le permitía y eso le había mantenido a flote aún cuando las circunstancias del resto eran poco envidiables. Algunos años atrás una india bella, de ojos cual chocolate y cabello negro y espeso como la noche, le había robado el corazón. En una prueba más de su gran caridad, había tomado a aquella india en  su regazo, ofreciéndole la salvación de nuestro Señor Jesucristo mediante una educación religiosa. Una vez bautizada, Don Luis y Carmen decidieron unirse en Santo Matrimonio y dedicar sus vidas el uno al otro por completo.

Fue entonces que Dios les bendijera con un hijo; un sanísimo pequeño de piel parda como la tierra de su madre pero cuyos vivarachos ojos azules demostraban, ya entonces, una voluntad recia y difícil de quebrar.

Así pasaron cinco años de bendiciones y amor, pero Dios nos ha de probar a todos en nuestros momentos de flaqueza y mandóles a ellos esta gran tribulación. Don Luis, que hasta ahora había gozado del favor del Comandante Irazaga, se encontraba desempleado. Dicho comandante había jurado lealtad a cierta facción al mando, pero como los vendavales en política no dan señales, en un momento se encontró del lado equivocado de la balanza; y con él Don Luis. De esta forma, no sólo se encontraba Don Luis sin ingreso y despojado de todo privilegio social, sino que su futuro mismo era un misterio.

Pocos meses bastaron para que este estilo de vida probara la fortaleza de los lazos que unían a la familia y una terrible noche de verano Don Luis partió para no volver más. Carmen, ahora sola y sumida en la pobreza más absoluta, veía a su mulatillo perder el brillo en sus profundos ojos azules. Un día no pudo más la pobre madre y con terrible dolor fue a donde Don Ignacio.

Don Ignacio era un hombre anciano de constitución macilenta y mal aliento. Tenía el alma tan retorcida como el cuerpo y de conciencia, ni siquiera un atisbo. Había amasado considerable fortuna mediante el sufrimiento de otros, haciendo prestamos a aquellos en necesidad por intereses absurdos que normalmente terminaban por enterrar al pobre cristiano que habíale buscado.

"Por favor, tómele." Suplicaba la atormentada madre en voz apenas audible.

"Pero es un niño! Yo que se supone que haré con él." Y los diminutos ojos de Don Ignacio parecían salirse de sus cuencas tratando de encontrar su ganancia en esta locura. "Andate ya. Esto es imposible, sólo a una india ignorante como tú se le podría ocurrir semejante disparate."

"No hay mujer buena que deje a sus hijos al abandono. Volveré por él y le daré el triple del dinero que hoy le pido. Yo pagaré por sus comidas y hospedaje. El chiquillo es bueno y atento, puede ayudarle con el aseo de la casa" Y de los ojos de Carmen corrían tremendas lágrimas, testigo único de su gran dolor.

Por alguna razón que el viejo Ignacio no lograba atinar, había aceptado el trato. De aquella lluviosa noche  en que le habían cargado con aquel pillo de lastimera mirada hacía ya un mes. No había rastro de la india mentirosa y en su cólera había construido una pequeña jaula en la pared de su sótano donde, desde hace varias lunas, su pesado cargo dormía.

En esta noche en particular, Don Ignacio cerro las puertas de su negocio tarde. Se había entretenido en llevar algo de cena al malagradecido del sótano y ahora se encontraba cansado y con ganas de recostar el  maltrecho esqueleto. Justo al llegar a la puerta principal para cerrarla se encontró de frente con una figura altísima; era un hombre cubierto de pies a cabeza por una armadura negra como el alma de un pecador. Se andaba en un caballo igual de negro y cuando Don Ignacio levanto los ojos, se encontró de frente con los del terrible animal que brillaban como sangrientos rubíes en la profunda oscuridad.

"Haremos un negocio contigo, consigue más niños y tendrás recompensas." Una voz hueca, fría y sin alma hablo desde lo profundo de la armadura.

"Pero qué gano yo con eso" Preguntó con tímida voz el anciano que miraba hacia el suelo en completo terror de las figuras frente a su puerta. Entonces miró caer a sus pies una bolsa de piel cafe con un metálico sonido. Se apresuró a abrirla, olvidando por un momento su temor, dentro encontró monedas de oro.

"Pero, no entiendo. Para que los quiere el Señor?"Agregó con tono confundido Don Ignacio.

"Eso a ti no te importa!" Gritó la terrible voz que parecía venir de las mismas entrañas de la tierra. "Te basta con saber que lo quiero. Dales de comer y manténlos en el sótano. Yo vendré cada luna llena y revisaré tu trabajo. Por cada niño obtendrás una bolsa más"

El anciano, completamente encorvado en el piso asintió servilmente y no se movió por un momento. Al abrir los ojos el horrible animal había partido pero las monedas de oro seguían en sus manos.

Pasaron meses y Don Ignacio adquirió docenas de niños por los medios más turbios, pero aquella figura no se interesaba en detalles y las bolsas de dinero se acumulaban en sus arcas. El sótano estaba lleno de pequeñas jaulas y una vez al mes Don Ignacio dejaba la puerta sin candado para permitir la entrada del Caballero Negro.

Con la llegada de los fríos del invierno se alteró la rutina; las bolsas de dinero no llegaban más y el viejo no había oído por varias lunas los relinchos del atemorizador corcel.

Para la llegada de las lluvias Don Ignacio había perdido toda paciencia e interés; ha meses que no bajaba al sótano e ignoraba si aquellas criaturas seguían vivas o muertas.

Una noche como tantas otras, encontrándose recostado y listo para dormir, un crujir siniestro llamó su atención. Miró a todos lados pero no encontró motivo; al recostarse nuevamente un sonido más fuerte le hizo sentarse en un brinco. Era un ruido rasposo, garras tallando madera; -tal vez ratas?- 


Los sonidos persistían haciéndose cada vez más altos; ahora eran más uñas rascando la madera, otras manos invisibles la golpeaban... finalmente atinó a mirar el piso del pasillo, en línea directa de su cuarto; la escotilla al sótano se golpeaba como si los chiquillos pelearan por su salida. -imposible, están muertos!-


Pero no obstante la cacofonía no cesaba; por fin el cerrojo cedió y una veintena de descarnadas manos pequeñas se asomaron a la luz tenue de las velas.

"NOOO!" Gritó el aterrorizado viejo, pero ya las muertas figuras caminaban por el pasillo en dirección a su cama. La que se encontraba al frente tenía las ropas rasgadas y caminaba arrastrando los pies despacio; era una horrible aparición que amenazaba con robarle lo poco de cordura que le quedaba. En el último frenético momento de pensamiento lógico, Don Ignacio extendió su temblorosa mano buscando la vela reposando apaciblemente sobre su mesa de noche. Tal pánico no permite espacio para la delicadeza y a su tacto cayó el objeto sobre su cama, prendiéndola con tal furor que ni las llamas del infierno podrían igualar su resplandor.

Afuera una pareja de novios, aprovechando la complicidad de la noche, se besaba. Ellos fueron los únicos testigos de cómo el mismo fuego del averno subía para recolectar un alma. Después relatarían un inesperado milagro; una figura pequeña y muy delgada, como la de un niño, había logrado escapar. Corrió con desesperación al fondo de la calle donde un lago se tragaría el misterio de su paradero. Lo que más recordarían aquellos amantes sería la asustada mirada de aquellos jóvenes ojos azules...

Buen fin de semana!
Cuéntenme una ustedes!

martes, 12 de octubre de 2010

Primer Amor

Alguien me sugirió escribir acerca de mi primer beso... la verdad es que no hay mucho que contar, en mi mente esta asociado sin remedio a la persona con quien sucedió; fue la primera vez que me sentí enamorada, y aunque no fue recíproco, hoy me queda un bonito recuerdo de aquella etapa de mi vida.

Entonces pues, hoy les contaré sobre todo ello; para que entiendan la trascendencia del hecho tengo que darles un poco de contexto. La cosa fue así...

Recuerdan que les conté sobre mi despertar al mundo adolescente en España? Bueno, esto sucedió inmediatamente a nuestro regreso. Llegamos justo para iniciar el segundo año de secundaria (14 años), yo venía de una escuela unisex en un ambiente aislado y muy protegido, así también me había descubierto como poeta y romántica incurable (por esos años fue que comencé a escribir con más seriedad).

Iniciar la escuela en el segundo año representaba irrumpir en la monotonía de la vida dentro de la escuela; irremediablemente me ponía en el centro de la atención, aun más cuando de alguna forma se corrió la voz de que venía de España. Mi presencia significaba novedad y pronto me volví bastante popular; eso hubiera significado un desastre total para una persona tan tímida e insegura como yo era en ese momento, pero en mi camino apareció una chica (la más popular de la escuela) que me adoptó como su mascota. La dinámica social de todo adolescente es "Pertenecer o morir en el intento" y yo no era la excepción; esta chica llamada Xóchitl me ayudó a lidiar con la atención positiva y negativa y me enseñó a encajar con su grupo, haciéndome en general más sencillo el integrarme a esta micro-sociedad que es la escuela y que era tan diferente a lo que yo estaba acostumbrada.

Es entonces que dentro de este grupo de niños populares, (recuerda que en la adolescencia no se requiere de mucho para volverse popular) conozco a un chico que reunía todas las características para que una chiquilla inexperimentada y romántica se sintiera atraída. Se llamaba Javier, pero le decían Pibe (nunca supe porque. Ah! El romance en el misterio...), era "un rebelde" para mí pero tú podrías considerarlo simplemente como un problema para la escuela, jugaba basquetbol decentemente y eso hacía que todos lo quisieran en su equipo cuando había "torneos", y las tres ultimas características eran TAN ESPECIALES que requieren de un párrafo diferente.

El Pibe era alto, y no quiero decir cinco centímetros más que yo, no. Alto, ALTO; como 1.90 alto... en mis tiempos eso no era frecuente. Este pedazo de muchacho tenía un lunar en la cabeza que le hacía tener un mechón de cabello blanco justo en el flequillo del cabello, que él cortaba y peinaba canalizando a su mejor James Dean; y para terminar con la imagen, cuando el histriónico Javier no usaba uniforme verde cuadriculado, llevaba pantalones ajustados y chamarra de piel... nadie podrá acusarlo de no tener sentido de showmanship, al menos.

Hay sorpresa en el hecho de que este fuera mi primer amor??? Bueno, cuando todo el romance terminó y yo desperté después de este lapsus me volví bastante más realista y créeme, no cuidé tanto mi "virtud" como cuidé aquel primer beso. Olvídate de que yo participara en juegos infantiles como botella, no; hasta que Javier no me besara, estos labios no habrían de saber que era una caricia; pero parte del juego es no dejarte alcanzar...

Así pues, pasaron unos meses de él pararse frente a mí e introducirse, y yo fingir que había olvidado la conversación la siguiente vez que nos encontrábamos en los pasillos de la escuela. Me lo presentaron y se presentó algo así como cinco veces y cuando lo vi tirar la toalla, mágicamente recordé su nombre. Por fin empezamos a "salir", siempre dentro de los confines de la escuela, y al cabo de unos meses nos hicimos novios... AHHH!!! Para este momento estábamos ya en tercer año, íbamos a ir juntos a nuestra fiesta de graduación y todo era perfecto; lo que yo no sabía entonces es que mi historia perfecta de amor no iba a sobrevivir al verano.

Todos han, por lo menos oído de los amores de verano; bueno, pues uno de esos acabaría con el mío. Esos últimos meses de escuela fueron padrísimos y la fiesta de graduación fue genial; entonces sucedió que el último día de escuela, al despedirnos me soltó aquella conocidísima frase "Necesito tiempo".

Somos adolescentes, hemos sido novios por cuatro o cinco meses, y no hemos hablado de otra cosa que no sea la escuela y amigos... COMO PARA QUE NECESITAS TIEMPO?! Pero en fin, siempre la romántica incurable, nos despedimos ese día de beso en la mejilla.

Unos meses después, yo seguía sin saber de él y en mi mente dos escenarios batallaban por existir. En el primero Javier me buscaba arrepentidísimo y me suplicaba volver con él, tras una negativa inicial me convencía y vivíamos felices para siempre. El segundo era bastante parecido, pero al final cuando él estaba completamente enamorado, yo lo dejaba abandonado y ahora él se preguntaba porque.

No te engañes... tu también has soñado lo mismo en alguna ocasión; como se llamaba tu "Javier"?

Finalmente sucedió que en un viaje que hicimos los ex-compañeros a Acapulco, ambos coincidimos pero nunca hablamos más. Radio pasillo me informó que el queridísimo Pibe se había desflorado a Perla, otra compañera que se encontraba buscando el significado del amor en el fondo de una botella desde entonces. Amigos comunes cercanos me dijeron que Javier me quería tanto que no había querido forzarme a una situación que él sabía, no me interesaba en ese momento. Desde entonces me he preguntado si me hizo un favor o no, y si su proceder habla de respeto y cariño, o de simple falta de auto control; nunca lo sabré pero a tiempo vistas, alguna vez me tocó como a muchos que me pusieran los cuernos; al menos tengo que agradecer a Javier el valor de no haberlo hecho.

Los años pasan y las experiencias se acumulan, algunas son duras y nos enseñan, otras son agradables y nos alimentan; yo recuerdo a mi primer amor junto con las segundas y tu?

viernes, 8 de octubre de 2010

Edgar Allan Poe

De entre todas las experiencias que me formaron tengo en un lugar especial las memorias de dos años de mi vida en particular; mi adolescencia temprana. Cuando tenía once años fuimos a vivir a España gracias a una beca que mi papá recibió. En el otoño de 1987 llegamos a Valencia, la tercera ciudad más grande de España; para mis ojos acostumbrados a la magnitud de la caótica Ciudad de México aquella tranquila urbe me parecía pequeñita. Pronto mi hermana y yo iniciamos el año escolar; adaptarnos no nos fue complicado porque la gente siempre nos recibió con los brazos abiertos, y como consecuencia, mis experiencias no fueron más que mágicas. De esa forma sentí nacer un amor por aquella tierra y su gente que vivirá en mí hasta que mis ojos se cierren para siempre.

Nuestra vida allá nos unió como familia puesto que no teníamos más que amigos que estaban en circunstancias similares, con sus respectivas familias y nadie más. El único trabajo de mi papá era estudiar, y si bien la escuela requiere de dedicación, nunca será como un jefe; así estas circunstancias resultaron en que casi cualquier actividad la hacíamos todos juntos, formando aún más recuerdos bonitos.

Otra consecuencia de ese tiempo fue mi relación con mi hermana, que fue más cercana que nunca. Ella es tres años más chica que yo, podrás entender que el hecho de pasar esos años de cambio tan grande entre niña y adolescente prácticamente aislada, afectó profundamente mi personalidad. Mi compañera de juegos era mi hermana y mi despertar a la siguiente etapa de mi vida fue aletargado, como el amanecer que primero pinta la tierra de mil colores antes de calentarla con los rayos del sol.

En la tele española, al menos entonces, con frecuencia ponían películas viejas en blanco y negro; recuerda, éramos becados y no teníamos televisión por cable. Con un acceso limitado a otro tipo de influencias puesto que tampoco íbamos con frecuencia al cine, aprendí a apreciar aquellas historias románticas de época. Así conocí a Ginger Rogers y Fred Astair, a Scarlet O'Hara, y a muchos otros; entre aquellos personajes trágicos, y dada mi inclinación por lo tétrico, nació en mi interés por Edgar Allan Poe. Su figura triste y su trágico final lo pintaron con aquel aire de romance que sólo una mente joven puede colorear. Cuando leyendo su biografía descubrí que había muerto el siete de octubre, ciento veintisiete años antes de mi nacimiento el mismo día, para mí significó una conexión especial con el autor que lo hizo particularmente cercano a mi.

Mi primer encuentro con su obra fue a través de la película "La Caída de la Casa Usher" con el maravilloso Vincent Price, quien participó en todas las versiones fílmicas del trabajo de Poe de la época (excepto en la película "El Entierro Prematuro", basada un uno de sus cuentos). Esa fue también, la primera de sus historias que leí y tengo que decir, es mi favorita. Aún hoy en día sus cuentos generan en mí una atmósfera obscura y tétrica, me llevan a caminar por calles obscuras y pasillos abandonados doscientos años atrás; no hay historias que resuenen en mi mente como las suyas, ni autor que toque mi alma como Edgar Allan Poe.

Aquí te dejo un fragmento de mi historia favorita. Cuéntame a ti que te parece y háblame del escritor que te habla al oído a ti como ningún otro.

"De aquel aposento, de aquella mansión huí aterrado. Afuera seguía la tormenta en toda su ira cuando me encontré cruzando la vieja avenida. De pronto surgió en el sendero una luz extraña y me volví para ver de dónde podía salir fulgor tan insólito, pues la vasta casa y sus sobras quedaban solas a mis espaldas. El resplandor venía de la luna llena, roja como la sangre, que brillaba ahora a través de aquella fisura casi imperceptible dibujada en zig-zag desde el tejado del edificio hasta la base. Mientras la contemplaba, la fisura se ensanchó rápidamente, pasó un furioso soplo del torbellino, todo el disco del satélite irrumpió de pronto ante mis ojos y mi espíritu vaciló al ver desmoronarse los poderosos muros, y hubo un largo y tumultuoso clamor como la voz de mil torrentes, y a mis pies el profundo y corrompido estanque se cerró sombrío, silencioso, sobre los restos de la Casa Usher."

Feliz fin de semana.

lunes, 4 de octubre de 2010

Sobre la Mala Suerte y Otras Situaciones Absurdas II

Aqui vamos otra vez, pensaste que ya no contaría mas de mis desventuras familiares? Pues no, aquí va otra y en esta ocasión toca el turno de poner en evidencia a mi hermana; para que le des una segunda pensada y me digas a cuantas personas tu conoces que les pase algo así.

Imagina a una chiquilla de dieciséis años, flaquilla, con cara de estar perdida todo el tiempo y completamente despistada... bueno, esa era mi hermana hace mmmm... muchos años; dejémosle algo de dignidad a la pobre.

Mi papá le regalo un coche, un golf noventa y algo blanco, cuando cumplió quince años; Paola no sabía manejar entonces y mientras aprendía yo tuve la difícil tarea de llevarla de un lado a otro y quedarme con el coche después. Como imaginarás yo no tenía prisa por que mi hermana aprendiera y ella tampoco; digamos que la valentía no era su fuerte. Finalmente a los dieciséis obtuvo su permiso para conducir y aprendió, dejándome a mí con el corazón roto y un aún mayor desagrado por los medios de transporte "popular"; así es la vida y no hay más que hacer, yo tuve que conseguirme un novio con coche pero mi padre hubiera deseado haberle regalado a Paola ese viaje a Europa para ella sola mil veces. Mejor arriesgarse a que la secuestraran que pagar la cantidad de daños que tuvo que pagar por los siguientes cuatro o cinco años.

Un amigo alguna vez me definió los tipos de cafres que circulan por las calles (para aquellos no mexicanos que están leyendo esto: Dícese de todo aquel conductor que no respeta las señales de tráfico ni a los otros conductores, pensandose que el/ella es el dueño de la avenida), se dividen en tres y a continuación hago una lista.

1. El Cafre por convicción.- Es aquella persona que decide manejar sobre la velocidad máxima y que con toda alevosía y ventaja se te cierra y te impide pasar. Típicamente lo verás asomado por la ventanilla de su auto gritandote "Quítate $/%* lento!"; un ejemplo son los taxistas.

2. El Cafre vale madres.- Ese ni se fija, es responsabilidad de los demás quitarse de su camino para evitar colisiones. Típicamente lo oirás gritando "Pues fíjate %$/*!"; un ejemplo claro son los policías o judiciales.

3. El Cafre por accidente.- Este es aquel conductor que desea e intenta con todas sus fuerzas seguir las reglas cívicas y del buen conducir pero el mundo mismo se confabula en su contra impidiéndolo. Con frecuencia los únicos que lo escuchan son aquellos pobres que se han aventurado a subirse al auto con el/ella y sus expresiones son "Ooops!, Lo siento! Ay, no lo vi!"; un ejemplo podría ser mi hermana.

Ahora tienes clara la imagen? Bueno, no hubo coche que pasara por las mano de Paola que no se "estrenara"; en unos más fuerte que otros pero en todos dejaba su paso impreso... literalmente. Así pasaron los años y la reputación de mi hermana fue en aumento, como el terror de las calles quiero decir. Hacia los veinte años empezaron a mejorar las cosas pero para despedirse a lo grande de este tipo de aventuras la última tenía que ser sobresaliente; y es difícil hacerlo diferente, después de todo cuantas portezuelas tiene un auto? Sólo hay cierto número de formas en que puedas chocar pero tengo que admitir que mi hermana lo consiguió, en la última se supero a sí misma.

Sucedió así, o al menos así me lo contaron. Paola acompañaba a una amiga a CU un día como cualquiera; al entrar al estacionamiento de la Facultad de Medicina lo encuentran, como de costumbre, lleno. En ese momento divisan el único lugar disponible,

"Ahí hay uno, corre, rápido antes de que nos ganen!" Dice la amiga. Justo al llegar ahí un chevy azul sale desde su izquierda y quemando llanta se les mete ganándoles el lugar.

La conversación que se desarrolló como consecuencia la dejo a tu imaginación. Ya no tienen muchas opciones y como se le hace tarde a la amiga para llegar su cita, este par de lumbreras deciden que una baje y la otra espere en el auto deteniéndose de manera perpendicular al auto infractor para complicarle así la salida.

Baja la amiga y Paola decide aprovechar el tiempo para leer y escuchar música; cuando más distraída está alcanza a ver con el rabillo del ojo que el chevy azul viene hacia ella muy lentamente en reversa. Ella sabe que no hay espacio suficiente para que el coche salga en un movimiento (por eso se detuvo ahí) así que espera verlo maniobrar pero pasan los segundos y nada.

"Esta pendeja no me ha visto" dice Paola y procede a tocar el claxon; un segundo después...

"Bueno, esta idiota me va a pegar" y toca el claxon aún más fuerte pero nada, no hay respuesta.

Ya completamente confundida y desesperada empieza a gritar "ME VAS A PEGAR!" y se queda pegada al claxon al mismo tiempo que trata de buscar con la vista al conductor (Para que? No tengo idea, si no oye el claxon que te hace pensar que oirá tus gritos??).

"No MAMES, No Hay NADIE MANEJANDO." Totalmente sorprendida voltea en todas las direcciones, como esperando que algún doble de película de acción salte dentro del auto y lo detenga...

Para cuando se convence de que es de verdad; no, no es una cámara escondida y no, no es una broma de algún amigo que quiere conocer tu cara de imbécil; entonces ya el coche está prácticamente encima y no hay mucho tiempo para reaccionar. Lo que siguen son una serie de movimientos incoordinados (recuerdan al oso de las caricaturas que cuando lo iban a cachar haciendo algo movía la cabeza de un lado a otro con la lengua de fuera?) que no logran ni arrancar el auto, ni poner la reversa, ni meter la primera.

Un momento más tarde "PUM, CRASH, POW!" (como en programa viejo de superhéroes). No hay más que hacer, el chevy enemigo ha golpeado el chevy nuevo de mi hermana... tenía que ser nuevo POR SUPUESTO! Lo mejor? Ahora recuerda Paola que su auto estuvo siempre en marcha...

Cuantas veces has oído de autos SIN conductor que te golpeen A TI? Yo había oído, y vergonzosamente tengo que admitir que he vivido la experiencia, de postes de luz que se te atraviesan en el camino pero autos sin conductor... ha sido la única.

Esa fue la última vez que mi hermana chocó un coche nuevo, después de eso el hechizo se rompió y los autos dejaron de temerle; no así mi papá y las aseguradoras... eso tomó unos años más pero sus acciones van hacia arriba. Gracias a Dios entonces no funcionaba eso de los puntos porque ni hablemos de los semáforos y sentidos contrarios...

Tu tienes algún conocido que se meta al Eje Central en sentido contrario porque no se dio cuenta?? Si es así dime quien es para asegurarme de no subirme con él al volante, aunque mi hermana le daría el siguiente consejo: "No te apures, eventualmente se mejora"

viernes, 1 de octubre de 2010

Mario Benedetti

Un 14 de septiembre de 1920 llegó a este mundo Mario Benedetti, Uruguayo de nacimiento, este periodista, novelista y poeta es una de las figuras más importantes de la literatura latinoamericana del siglo 20. Viviendo en el exilio muchos años de su vida, escribiría sobre temas asociados a la angustia de la guerra, la pobreza y la separación.

Para iniciar este fin de semana en un tono romántico te dejo un fragmento de su poema: Todavía. Léelo, agradece a Dios el que no conozcamos las penas de la guerra y que nos hayamos encontrado en este mar de almas perdidas, y después corre a buscar a tu media naranja (o prospecto de media naranja) y no lo/a dejes ir. No te olvides de comentar, dime sobre tu autor favorito y su obra.


Diviertete! 


Nadie nunca te reemplaza 
y las cosas más triviales 
se vuelven fundamentales 
porque estás llegando a casa 

sin embargo todavía 
dudo de esta buena suerte 
porque el cielo de tenerte 
me parece fantasía 

pero venís y es seguro 
y venís con tu mirada 
y por eso tu llegada 
hace mágico el futuro 

y aunque no siempre he entendido 
mis culpas y mis fracasos 
en cambio sé que en tus brazos 
el mundo tiene sentido 

Extracto de "Todavía"