jueves, 25 de agosto de 2011

Una Historia de Amor

En este momento estoy leyendo una historia 'romántica' clásica de la Literatura Inglesa, se llama Wuthering Heights (Cumbres Borrascosas en la traducción al español) escrita por Emily Bronte en 1847. El estilo es típico de la época, adornado y descriptivo sin embargo, al contrario de muchos de sus contemporáneos, es fácil de leer; la historia se mueve con una agilidad atípica, es atmosférica y por fragmentos se vuelve verdaderamente tenebrosa. Este estilo narrativo es lo más cercano que yo he leído fuera del Género Gótico que se asemeje a las grandes obras de Poe.

Tiene otra característica que la distingue de cualquier otro Drama-Romance, particularmente de entre aquellas de su época: Los personajes principales son todo lo opuesto a héroes, son caprichosos, egoístas, crueles y manipuladores. No sólo eso, la novela refleja con una claridad que perturba, la realidad del círculo vicioso que es la violencia verbal y el abuso físico dentro de un hogar. En 1847... wow.

La novela describe la historia del apasionado amor truncado entre Catherine Earnshaw y Heathcliff, de cómo sus decisiones lo vuelven imposible, y de cómo finalmente esas grandes pasiones llevan a su propia destrucción y a la de muchos a su alrededor. Reconocida como una de las grandes novelas clásicas, la pareja principal es sinónimo de la ausencia de autocontrol que destruye aún el amor más grande. Para mí representa la imagen literaria más clara de cómo el abuso genera abusadores en una cadena sin fin.

Desde hace seis años, cuando mi primer angelito llegó a mi vida, mi tolerancia ante historias de crueldad infantil me generan tal ansiedad que encuentro difícil enfrentarlas de principio a fin; evito todo programa o película cuyo tema central sea éste pero, a decir verdad, es un tema que uno no encuentra con cotidianidad en libros de ficción. Completamente desprevenida, pasajes de este libro me han dejado con un nudo en la garganta ante las situaciones descritas que el lector reconoce como la primera pieza que inevitablemente conducirá a la caída del resto de ellas en un efecto dominó.

Mi recomendación, sin embargo, es alta. La historia está bellamente tejida, si bien las situaciones son duras,  y la mayoría no reaccionará con la misma agudeza ante los pasajes que tanto trabajo me costaron a mí. Si Romeo y Julieta te parece una tragedia, Cumbres Borrascosas sería la versión adulta de la misma; de igual esplendor pero con fantasmas escondidos entre las sombras debajo del balcón de la heroína.

No la pases por alto, léela, disfrútala, pero no dejes muy lejos la caja de kleenex.

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